Los graduados del IPI reciben el llamado a tender puentes en su ministerio
Por Mike Krokos
Miguel Márquez Herrera tenía un mensaje para sus compañeros que acababan de graduarse con él del Instituto Pastoral Intercultural (IPI) de la Arquidiócesis: tiendan puentes al comienzo de su ministerio al servicio de la Iglesia.
“Es importante que tengamos muy claro que nuestro deber y nuestra responsabilidad como líderes pastorales es tender puentes entre nuestras parroquias, pero sobre todo entre nuestros ministerios; puentes sólidos que nos conduzcan a caminos en los que todos podamos caminar juntos en sinodalidad.
“A pesar de las adversidades que puedan surgir en nuestros ministerios, parroquias y familias, es primordial que sigamos trabajando y creando un ambiente de alegría, entusiasmo y amistad para que todos avancemos caminando juntos,” afirmó. “Y aunque tropecemos en el camino, tenemos que levantarnos y seguir ayudados por esa luz que nos da el Evangelio: la luz de Jesús.”
Herrera, miembro de la parroquia Santa María de Indianápolis, fue elegido para pronunciar un discurso en nombre de sus compañeros durante el programa de certificación de Liderazgo Pastoral del IPI, celebrado el 4 de junio en la Casa de Retiros Nuestra Señora de Fátima de Indianápolis. El arzobispo Charles C. Thompson inició el acto celebrando la misa, y la velada incluyó también una ceremonia de graduación, la entrega de diplomas y una cena.
Como programa de la Oficina de Ministerio Intercultural de la Arquidiócesis, el IPI prepara líderes pastorales y catequéticos en las diversas comunidades étnicas de la Arquidiócesis y de la diócesis de Lafayette, y en la reunión se brindó reconocimiento a 15 graduados por haber completado el programa de liderazgo de dos años.
‘El llamado bautismal a la santidad y la misión’
En su homilía, pronunciada en español, el arzobispo Thompson felicitó a los graduados por haber obtenido sus certificados. Señaló que la labor no la hicieron ellos solos, sino con la ayuda y el apoyo de los administradores del programa, los instructores y sus familiares y amigos.
“Rara vez alguien logra grandes hitos en el viaje de la vida, especialmente en el camino de la fe y la salvación, sin la ayuda de los demás,” destacó. “Por esta razón Jesús estableció la Iglesia, la comunidad de los creyentes que representa su cuerpo, como medio de salvación para la humanidad. En particular, confiamos en la gracia divina para colmar lo que pueda faltarnos.”
Tras mencionar que la palabra griega para Eucaristía significa “dar gracias,” el arzobispo Thompson dijo: “nos reunimos para dar gracias por el obsequio de cada discípulo que hoy recibe su certificado en sus respectivos campos de estudio. Es importante que tengamos presente el fundamento de cada certificado, es decir, el llamado bautismal a la santidad y la misión. Cada graduado homenajeado hoy ha estado comprometido en el proceso de responder al llamado de ser discípulos misioneros en Jesucristo.”
Dirigiéndose a los graduados, el arzobispo Thompson les recordó que ‘el auténtico discipulado está arraigado en una vida de oración, meditación de la palabra de Dios, participación en los sacramentos, fidelidad a las enseñanzas de la Iglesia y servicio al prójimo.”
Conforme comiencen el servicio en sus respectivas parroquias, el arzobispo les dijo que “deben dar testimonio del auténtico conocimiento de Dios y de la fidelidad a la persona de Jesucristo.
“Puesto que hemos sido creados a imagen de Dios, le pertenecemos a Él, más que a nosotros mismos o al mundo. Por tanto, debemos permanecer centrados en Cristo en todo lo que hacemos como discípulos suyos que somos. Hoy es sin duda un gran día para alegrarse no solamente por lo que estos graduados han logrado, sino por todo lo que Dios está logrando en ellos.”
‘Un viaje de liderazgo impulsado por la fe y el amor a Dios’
En su discurso a la promoción del programa de formación de dos años, la Dra. Carmen Hernández, coordinadora del IPI, reconoció el esfuerzo, la dedicación, el entusiasmo y el compromiso de los estudiantes.
“Han sido dos años de preparación, quizás muy poco tiempo, pero suficiente para considerar que durante el tiempo que pasaron en el IPI, emprendieron un viaje de liderazgo impulsado por la fe y el amor a Dios. Han tenido experiencias increíbles arraigadas en sus vidas, y han hecho que ese viaje de liderazgo se convierta en realidad.”
Asimismo, la Dra. Hernández les recordó que a medida que avancen en su ministerio, deben mostrar a los demás que somos “una Iglesia receptiva, que sabe escuchar a los demás y aprender de ellos; que tiene capacidad de discernimiento, de diálogo y, sobre todo, mucha tolerancia, manteniendo siempre la lealtad a Dios. Esto es lo que yo llamo inspirar a los líderes pastorales.”
Citando al Papa Francisco, la coordinadora del IPI le dijo a la clase: “Cada uno saldrá, con alegría, a llevar la vida de Jesús a todos.
“Por eso, mis queridos líderes pastorales, los invito a centrar su mirada en Cristo, en él y para él como punto de partida para emprender su camino de vida.”
Herrera animó a sus compañeros a hacer del amor y el servicio a los demás el núcleo de su misión.
“Estoy seguro de que cada uno de nosotros, de una manera muy especial, ha recibido dones, talentos y virtudes, y que se nos han dado las bases sólidas para continuar con la misión evangelizadora desde nuestras realidades ministeriales, poniendo en práctica todo lo que hemos aprendido. Pero sobre todo, ser portadores de la verdad. … Defendamos ardientemente la riqueza de nuestra fe católica. ¡Cristo nos necesita!”
(Para conocer más sobre el Instituto Pastoral Intercultural y su programa, visite www.archindy.org/multicultural.) †